Nivel 1
LECCIÓN 2 LA SALVACIÓN POR MEDIO DE
LA GRACIA
Por Don Krow
Por Don Krow
Jesucristo en muchas ocasiones usó
parábolas, historias que ilustraban verdades espirituales. Lucas 18:9-14
empieza así: “A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban
a los otros, dijo también esta parábola”. Jesucristo se estaba dirigiendo a
un público en particular: a aquellos que creían que eran justos y que
automáticamente
despreciaban y miraban con desdén a todos los demás. Él dijo esta parábola a las personas que confiaban en las cosas que hacían. Nosotros los llamaríamos fariseos, que es de lo que
Jesucristo estaba hablando cuando Él dijo que veían a todos con desdén diciendo: “¡Yo soy mejor que tú!”
despreciaban y miraban con desdén a todos los demás. Él dijo esta parábola a las personas que confiaban en las cosas que hacían. Nosotros los llamaríamos fariseos, que es de lo que
Jesucristo estaba hablando cuando Él dijo que veían a todos con desdén diciendo: “¡Yo soy mejor que tú!”
En el versículo 10, Jesucristo dice: “Dos
hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano”.
Nosotros diríamos en lenguaje contemporáneo que fueron a la iglesia a
orar, y que uno era un fariseo. Un fariseo era una persona muy religiosa. De
hecho la palabra fariseo en realidad significa “separado”, alguien que era
tan religioso que en cierto sentido es como si dijera: “¡No me contamines!
¡No te acerques a mí! ¡No soy como los otros hombres! ¡Soy mejor que todos
los demás!” El otro hombre que Jesucristo mencionó era un publicano. Los
publicanos eran recaudadores de impuestos y tenían una fama de ser gente muy
mala, gente pecadora que engañaba y hacía fraude. Recaudaban impuestos por
cualquier medio posible, metían mucho de ese dinero en sus bolsillos, y le
daban una parte al gobierno romano, de manera que tenían mala fama entre
los conciudadanos.
La historia continúa en el versículo 11:
“El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te
doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones,
injustos, adúlteros, ni aun como este publicano”. Quiero que te des cuenta
de algo, ¿a quién le estaba dirigiendo su oración? De hecho el fariseo
estaba orando para consigo mismo aunque estaba diciendo “Dios” y estaba
usando las palabras correctas. Dios no aceptó su oración, y más adelante
veremos que así fue. Fíjate que él oró así: “Dios, te doy gracias porque no soy
como los otros hombres, No soy pecador. No soy ladrón, injusto, ni
adúltero, y no soy como este publicano que vino a orar”. Te das cuenta, él
despreciaba y veía con desdén a otros porque pensaba que era mejor que
ellos.
En el versículo 12, el fariseo dijo: “Ayuno
dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano”. Él estaba
diciendo: “¿Te das cuenta de lo que hago?” ¿Sabes qué significa ayunar? De
hecho significa abstenerse de la comida. Él también daba dinero a la
iglesia. Él era una de esas personas que decían: “¡No me molesten! ¡Vivo
una vida virtuosa! ¡Doy donativos! ¡Le doy dinero a la iglesia!”
Después nos encontramos con el publicano
en el versículo 13: “Mas el publicano,estando lejos, no quería ni aun alzar los
ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio
a mí, pecador”. Fíjate en su actitud: “estando lejos”. Él ni siquiera recorrió
todo el pasillo de la iglesia. Sentía tanta vergüenza de su vida y de las
cosas que había hecho que se quedó en un rincón y ni siquiera miraba hacia
arriba, ni siquiera alzaba los ojos al cielo, sino que se golpeaba el
pecho. La Biblia habla de golpearse el pecho en el Antiguo
Testamento, muchas veces también de rasgarse la ropa, lo cual era una
manera de decir, “¡Dios, perdón por lo que hice!” Era una muestra de
arrepentimiento, de un corazón contrito, y de un espíritu quebrantado, lo
cual Dios no rechazará. Ese publicano, aunque era un hombre pecador,
clamó a Dios y oró: “¡Dios, ten misericordia de mí, soy un pecador!”
El versículo 14 dice: “Os digo que éste
descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que
se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido”. El publicano
se fue a su casa justificado, declarado justo ante Dios, con una relación
correcta con Dios, perdonado por Dios. ¿Por qué fue perdonado? ¿Por qué
fue él quien se fue a su casa absuelto por Dios y no el fariseo
ritualista? Fue porque el fariseo se exaltó a sí mismo, diciendo: “¡Soy
mejor que otras personas! ¡No soy pecador! No soy como otros
hombres”, mientras que el recaudador de impuestos sabía que no tenía
ningún mérito ante Dios, nada que pudiera ofrecerle. Él era una persona pecadora.
La Biblia dice que Jesucristo no vino a salvar a las personas justas sino
a los pecadores, y todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria
de Dios. El publicano se llenó de humildad y encontró el perdón y el
indulto.
Estamos hablando de la salvación por
medio de la gracia. Gracia es una palabra maravillosa, y te voy a dar una
definición reconocida de lo que significa, pero la gracia significa mucho
más. En la lengua griega, que es el idioma que se usó para escribir el Nuevo Testamento,
gracia se dice charis. Una definición aceptable de la gracia es: el favor
gratis e inmerecido de Dios hacia la gente que no lo merece. El publicano
no merecía nada de parte de Dios, pero encontró el favor de Dios porque se
llenó de humildad. Hay otra palabra en el griego, charisma, que es charis
con el sufijo ma al final. Significa una manifestación o forma específica
de la gracia de Dios, y ese publicano encontró la justificación, y una
relación correcta con Dios como un regalo.
Romanos 5:17 dice: “Pues si por la
transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por
uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don
de la justicia”. Dios nos ofrece a ti y a mí una relación correcta con Él
como un regalo y, de acuerdo a este pasaje, el publicano encontró el
regalo de la justificación, el regalo de la justicia que sólo viene por medio de Jesucristo.
La Biblia dice en Juan 1:17: “Pues la
ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por
medio de Jesucristo”. La gracia solamente se le ofrece a una clase de personas—a aquellos que se llenan de
humildad y que saben que no tienen ningún mérito ante Dios, a los que
claman a Dios por misericordia. Estas personas encontrarán la misericordia y el perdón de Dios.
PREGUNTAS PARA EL DISCIPULADO
1. Lea Lucas 18:9. ¿Qué es una parábola?
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2. Lea Lucas 18:9. ¿A quién le dirigió Jesucristo esta parábola?
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3. Lea Lucas 18:9 (la última parte del versículo). La gente que es farisaica siempre revela una actitud hacia los demás. De acuerdo con Lucas 18:9, ¿cuál es esa actitud? A. Simpatizan con otras personas.
B. Desprecian o ven con desdén a otros.
C. Aman a otros.
4. Lea Lucas 18:10. Dos personas fueron a orar; si lo dijéramos en lenguaje contemporáneo, ¿a dónde fueron a orar?
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5. Lea Lucas 18:10 ¿Quiénes eran esas personas?
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6. Lea Lucas 18:11. ¿Cuál fue la oración del fariseo?
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7. Lea Lucas 18:12 ¿Qué es ayunar?
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8. Lea Lucas 18:12. ¿Qué es dar diezmos?
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VERSÍCULOS RELACIONADOS CON LAS PREGUNTAS
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VERSÍCULOS RELACIONADOS CON LAS PREGUNTAS
LUCAS 18:9 – “A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola”.
LUCAS 18:10 – “Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano”.
LUCAS 18:11 – “El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano”.
LUCAS 18:12 – “Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano”.
9. Lea Lucas 18:13. ¿Dónde estaba parado el publicano? ¿Por qué?
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10. Lea Lucas 18:13 ¿Por qué el publicano bajó la cabeza y no alzó los ojos?
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11. Lea Lucas 8:13. ¿Cuál era la oración del publicano?
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12. Lea Lucas 18:14. ¿Cuál de estos hombres fue declarado
justo ante Dios cuando se fue a su casa?
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13. Lea Lucas 18:14 ¿Por qué fue declarado justo el
publicano y no el fariseo?
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14. Lea Lucas 18:14. ¿Perdonó Dios al publicano?
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15. Lea Romanos 10:13. ¿Si tú te arrodillaras en este momento y clamaras a Dios de todo corazón y le dijeras “Dios, ten misericordia de mí, un pecador”, te trataría Dios de la misma manera como trató al publicano?
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VERSÍCULOS RELACIONADOS CON LAS PREGUNTAS
LUCAS 18:13 – “Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador”.
LUCAS 18:14 – “Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido”.
ROMANOS 10:13 – “Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”.
1 JUAN 1:8-9 – “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.
Respuestas
1. Lea Lucas 18:9. ¿Qué es una parábola? Una parábola Bíblica es una historia que ilustra una verdad espiritual.
2. Lea Lucas 18:9. ¿A quién le dirigió Jesucristo esta parábola?
A los que se consideraban a sí mismos como justos; es decir, que confiaban en su propia justicia.
3. Lea Lucas 18:9 (la última parte del versículo). La gente que es farisaica siempre tiene una actitud hacia los demás. De acuerdo con Lucas 18:9, ¿cuál es esa actitud?
B. Desprecian o ven con desdén a otros.
4. Lea Lucas 18:10. Dos personas fueron a orar; si lo dijéramos en lenguaje contemporáneo, ¿a dónde fueron a orar?
A la iglesia.
5. Lea Lucas 18:10 ¿Quiénes eran esas personas?
Un fariseo y un publicano/recaudador de impuestos.
6. Lea Lucas 18:11. ¿Cuál fue la oración del fariseo?
Dios, te doy gracias que no soy como otros hombres (no soy un pecador). No soy estafador, injusto, adúltero, ni como este publicano.
7 . Lea Lucas 18:12 ¿Qué es ayunar?
Abstenerse de la comida.
8. Lea Lucas 18:12. ¿Qué es dar diezmos?
Dar la décima parte del ingreso personal.
9. Lea Lucas 18:13. ¿Dónde estaba parado el publicano?
Lejos. ¿Por qué?
Le daba vergüenza entrar a la iglesia (o al templo) porque era un hombre muy pecador, por lo tanto se quedó afuera.
10. Lea Lucas 18:13 ¿Por qué el publicano bajó la cabeza y no alzó los ojos?
Tenía vergüenza. ¿Alguna vez has hecho algo malo que te ha impedido mirar a alguien a la cara?
11. Lea Lucas 18:13. ¿Cuál era la oración del publicano?
¡Dios, ten misericordia de mí; soy un pecador!
El recolector de impuestos.
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